Qué detestable me siento
y odio a todo
y a todos
y quizás recordarte
lo arruinó
también
todo
lunes, 25 de mayo de 2015
sábado, 9 de mayo de 2015
Disfrutaba tanto esos extraños momentos
en que besé a un hombre a tus espaldas
el cajón peruano estaba abajo tuyo,
¿cómo esperabas que no sintiera celos?
Salimos afuera y estaba sucio,
estábamos sucios
porque tu metáfora del árbol siempre
fue mentira,
¿cómo esperabas que te quisiera, si mentías?
Me encantaba que mintieras,
te salía tan atractivamente bien,
tan dañino, tan hiriente, tan tú.
Quizás me gustaba porque las mentiras
te describían perfectamente.
Pero la parte de ti
que yo descubrí
la cual quise quedarme,
ese pedacito de amor
que encontré:
lo olvidé.
Tenemos que escribir de algo sucio, rancio
para desafiar a la vida, y a Dios
que para mostrar su magnificencia
decidió matarnos
a cada uno
parte por parte.
Tenemos que escribir de lo peor,
porque lo mejor ya está hecho,
de lo mejor no se habla,
sólo se presume.
Tenemos que escribir de las mentiras,
de lo poco que sirve el corazón
si algún día 26 de Septiembre,
ha de fallarnos igual.
Tenemos que escribir de los amores rotos
de lo que nunca existió
del amor no correspondido
aquél que solo para sufrir sirvió.
Tenemos que escribir,
en realidad,
para no ser nosotros mismos
para ser lo peor de nosotros
y a la vez lo más nefasto
lo más olvidado
y descuidado
como un ratón
de alcantarillado.
para desafiar a la vida, y a Dios
que para mostrar su magnificencia
decidió matarnos
a cada uno
parte por parte.
Tenemos que escribir de lo peor,
porque lo mejor ya está hecho,
de lo mejor no se habla,
sólo se presume.
Tenemos que escribir de las mentiras,
de lo poco que sirve el corazón
si algún día 26 de Septiembre,
ha de fallarnos igual.
Tenemos que escribir de los amores rotos
de lo que nunca existió
del amor no correspondido
aquél que solo para sufrir sirvió.
Tenemos que escribir,
en realidad,
para no ser nosotros mismos
para ser lo peor de nosotros
y a la vez lo más nefasto
lo más olvidado
y descuidado
como un ratón
de alcantarillado.
a veces te busco desesperadamente,
en la leña que arde
en los árboles
en los espacios vacíos
en uno que otro telón
detrás de mis cortinas
bajo mi cama,
te busco como si no hubiera mañana,
y me levanto
y te busco en mi cuerpo
entre mis sábanas
en los días grises
en el pelo mojado
en mi guitarra.
Te busco existencialmente
y me pregunto:
¿qué fue lo que hice
que te fuiste sin dejarme nada?
en la leña que arde
en los árboles
en los espacios vacíos
en uno que otro telón
detrás de mis cortinas
bajo mi cama,
te busco como si no hubiera mañana,
y me levanto
y te busco en mi cuerpo
entre mis sábanas
en los días grises
en el pelo mojado
en mi guitarra.
Te busco existencialmente
y me pregunto:
¿qué fue lo que hice
que te fuiste sin dejarme nada?
miércoles, 6 de mayo de 2015
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